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El bandoneón en el chamame
Jueves, 28 de julio de 2011
El bandoneón en el chamame


Antecedentes

El bandoneón posee una prosapia definida una línea de ascendencia reconocida. Desciende antiguos instrumentos musicales hoy ya olvidados. Según la historia el antecedente más remoto de la dinastía bandoneonística sería el “Tipótono”, un instrumento que no tenía ningún parecido con nuestro protagonista. Era una flauta de pequeñas dimensiones con una sola lengüeta que vibraba al soplar por la boquilla. Fue inventado por un francés de apellido Pinsonnat y otro entusiasta de la música llamado Eschembach lo perfeccionó agregándole más lengüetas en escala determinando de ese modo mayor riqueza sonora. Otros historiadores opinan que otro instrumento predecesor fue la “Guimbarda” que es una especie de “Birimbao”, es decir, una pequeña barra de hierro doblada en forma de herradura, que llevaba entre los brazos una lengüeta de acero. El ejecutante tomaba la “Guimbarda” con la mano izquierda, la apretaba entre los dientes y con el índice derecho hacía vibrar la lengüeta. La boca servía de caja de resonancia.

 

De ellos surge la verdadera familia de instrumentos que utiliza el principio de la lengüeta vibradora. Ejemplo de ello son: La “Eolina”, el “Eolodicón” y el “Melófono”.

 

Recién en el año 1829, exactamente el día 6 de mayo, Ceryl Demián registra su invento, el acordeón con patente personal, y esto ocurre en Viena.

 

Había desarrollado los primitivos modelos de “Tipótono” y “Guimbarda” agregándole lengüetas con entusiasmo y poniéndolas en funcionamiento merced al aire impelido por la boca a través de una boquilla. Pero de tanto agregarle lengüetas llegó un momento en que, por su complejidad y tamaño, se tornó bastante complicado  tocarlo con la boca. Entonces se eximió a los pulmones del ejecutante de la fatigosa tarea, merced al recurso de agregarle un fuelle al instrumento, accionado por la mano izquierda mientras la derecha digitaba sobre un teclado que abría las válvulas metálicas que permitían entrar el aire. Y así nació el “Acordeón” primitivo, que lógicamente siguió evolucionando ya que le mismo Demián, a ala lengüeta metálica colocada a los extremos de los tubos o válvula se le sumó una compañera, en forma tal que una sonara al abrir el instrumento y otra al cerrar. Es el acordeón llamado “Diatónico”, en tanto que el que suena igual en apertura o cierre recibe el nombre de “Cromático”. Por el tamaño se llevaba, al principio, colgado del cuello gracias a una correa, pero con el tiempo estas correas se colocaron a través del hombro, por la espalda, pero el manejo del instrumento siguió igual: Mano derecha encargada del teclado y mano izquierda del fuelle.

 

En 1833 Charles Wheatstone en base a similares precedentes patenta la “Concertina”, un tipo de instrumento parecido al acordeón, pero de dimensiones más pequeñas y limitado números de botones que producen sonido. La concertina posee dos fuelles embutidos en dos cajas hexagonales que accionan también  lengüetas metálicas. Posee cuatro octavas en escala cromática, y como el acordeón puede ser diatónico –lo son todas las de origen alemán- o mantener el mismo sonido en apertura y cierre.

 

Con estos antecedentes la presencia del BANDONEÓN tiene un origen incierto. Algunos investigadores señalan que el inventor fue Hernan Uhlig, vecino de la ciudad de Chemnitz que lo habría ideado alrededor del año 1830-35. Otros afirman que quién le dío el impulso definitivo al nuevo instrumento fue un fabricante de Krefeld que lo perfeccionó y le dio estado público y produciéndolo en escala comercial. Su nombre Adolf Vetag Heinchinch Band.

 

Con respecto al nombre del instrumento, algunos afirman que el mismo Band lo denominó “Bandeolium”. Otros señalan que también se lo llamó “Bandoleón” y “Mandoleón”. También se asegura que el nombre del instrumento procede de la denominación “Band Unión”, como el inventor llamaba a su fábrica de instrumentos musicales, derivado de su apellido y de la formación de una suerte de cooperativa encargada de solventar su fabricación.

 

El “Bandolium” no fue originado por casualidad, sino fue fruto de la necesidad, de carácter espiritual. Hacia 1830 Alemania sufría una crisis en la fabricación de órganos, aparte que el elevado costo en el imponente tamaño del instrumento que imposibilitaba llevar la música sacra al exterior, a los espacios abiertos, al aire libre y a los templos o capillas de zonas alejadas del radio urbano. Se trataba de buscar un instrumento cuyo escaso peso lo tornaba fácilmente portátil, pero al mismo tiempo conservara la solemnidad majestuosa del órgano. Esa fue síntesis la raíz del bandoneón.

 

El instrumento es descripto de diversas maneras, una de ellas es la siguiente:

“ Es un instrumento músico de viento, portátil. Emite sus voces, sucesivas o simultáneamente, por la vibración de dos sistemas de lengüetas metálicas –canto y bajo- respectivamente alojadas en el interior de dos cajas acústicas de madera en la que van dispuestos los teclados, provistas de aire a presión y unidas por un fuelle de cartón, badana y accesorios de metal”.

 

Originalmente el teclado a botones contaba de cuarenta y cuatro teclas, es decir, que su tamaño también era reducido, por lo cual se lo llevaba colgado del cuello y se lo ejecutaba parado. Pero las posibilidades musicales del instrumento propiciaron agregar más botones , saltando primero a cincuenta y tres y después a sesenta y cinco, con el consiguiente incremento del volumen y peso, por lo cual dejo de colgarse del cuello o de los hombros del ejecutante y se abandonó la correa pasando a apoyar el instrumento en los muslos del músico quien debía estar sentado. Posteriormente se llega al bandoneón de setenta y un teclas, que es utilizado actualmente, distribuidas  en treinta y ocho botones para la caja del bajo, manejada por la mano izquierda. Su gama sonora es tres octavas para el canto y algo menos para el bajo.

 

Un bandoneón cerrado presenta la forma de un paralelepípedo de treinta y cinco centímetros de frente, veintitrés centímetros de altura, y veinticinco de fondo, pero cuando se la despliega al máximo entre los brazos abiertos del ejecutante puede dilatarse hasta un metro. El músico calza las manos en dos correas, generalmente en cuero fino, que se hallan dispuestos en la parte externa de la caja que le sujetan la región metacarpiana dejando libres los dedos. Para accionar el teclado se usan ocho dedos, dejando libres los pulgares, pero a cargo del derecho queda al accionar de una válvula que permite tomar aire al instrumento silenciosamente reduciendo al máximo ruido y soplidos. Como en el caso de los acordeones y las cortinas, hay bandoneones diatónicos y cromáticos. En general se emplea exclusivamente el diatónico.

 

Con el tiempo el instrumento redondea su evolución final, como ya señalamos hasta los setenta y un teclas o botones y mejora su aspecto exterior y detalle de su estructura. En este sentido la mayor calidad de fabricación la alcanza ALFRED ERNTS ARNOLD, quien desde 1864 los perfecciona y logra las mejores cajas seleccionando maderas, probando varillas metálicas de gran -aleación y cartones para el fuelle de gran calidad. Alcanzó el preciosismo al conseguir una aleación que mantuvo un estricto secreto- y que aportaron un sonido de excelente calidad a los instrumentos que fabricó con la marca mundialmente conocida de “DOBLE A” (“A. A”) ha sido y sigue siendo sinónimo de alta calidad más teniendo en cuenta que luego de la Segunda Guerra Mundial  la fábrica de Arnold fue destruida y desapareció del mercado comercial.



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