
Más allá del goce estético, más allá de la tradición y el espectáculo, para el misionero Joselo Schuap, del colectivo de músicos que al inicio de la primera noche de festival se llevó todos los aplausos, el chamamé es una herramienta fundamental para, desde las ideas, revolucionar la pasión del bicentenario y así comenzar a despertar con canciones a un "hombre nuevo".
Joselo, que lleva su música por el país cargado de instrumentos en un ómnibus que comparte con artistas que vienen y van por el mundo como si fuera toda vez la última que cantaran, paró en Corrientes luego de Cosquín para desplegar su filosofía de la diversidad.
Su actuación sobre el escenario Sosa Cordero fue de lo más particular. Mientras cantaba un pintor de un colectivo de artistas de Rosario pintaba un cuadro en vivo que terminó por ser un río de colores de fuegos como palomas que se elevaban como un hombre con alas que montaba una bicicleta.
Cantó al "agua", canto "a la defensa de lo nuestro, lo de todos", cantó a la pluralidad y a la tolerancia, su mensaje lo acercó a la dulzura de Liliana Herrero, así como a las invocaciones de Julián Zini, esa noche compartían la grilla del Festival.
Bajó del escenario, secó el sudor que le causaron los potentes reflectores naranja, felicitó a sus músicos, pasó por los camarines, saludó a Tarragó Ros que lo animó por su hermosa música y habló con momarandu.com que desde el paso del barco del Río Infinito por Corrientes, lo había perdido de vista.
- Hermosa música Joselo, felicitaciones, te dijo Tarragó...- No creo mucho en las felicitaciones, pero cuando son sinceras son importantes. Venimos de Cosquín, de compartir escenario con grandes grandes, pero el sitio ya no nos dice mucho, sólo lo que nos aconsejan los maestros como Tarragó que ya han pasado por esto sin perder la identidad de su canto.
- Y ¿cuál es el mensaje que traes al Festival del Chamamé?- Que nuestra música, como el chamamé mismo, está empapada de ríos, esteros y lagunas. Empapado, entonces, de esa melodía de agua, vamos, agua que hoy se encuentra en peligro; que, por eso, debemos levantarnos y defender lo nuestro.
- ¿Porqué elegiste cantar "defendamos el agua"?- Bueno, simplemente, no sólo porque así lo sentimos, sino porque es necesario. Necesario que los eventos públicos por los que fluye nuestro canto sirvan para que aquellos desinformados de esto, del peligro que pesa sobre nuestros recursos, se informen para que despierte su conciencia.
- Entonces, para vos ¿qué es el chamamé?- Es una herramienta, un hermoso instrumento con el que comunicar ideas diferentes, un río poderoso hacia la conciencia de las personas, todo ello, menos un suvenir, una canción maniquea, sobre problemas introspectivos, cuando los verdaderos problemas nos desbordan en la calle.
- En los eventos públicos el mensaje toma otra magnitud- En Cosquín están todos los ritmos, así como aquí en el festival del Chamamé, hoy se intenta la mixtura, entonces el público es diverso. No podemos desaprovechar eso. Por eso tampoco entiendo a los que catalogan a la música, y lamento lo de aquellos que, por ejemplo, dicen: Argentina es tango, folclore y chamamé.
Joselo dice, por otro lado, que "el pueblo no debe descuidar la producción de sus artistas" porque "así como los políticos son los responsables de la administración de las instituciones, los artistas del desarrollo de la cultura del pueblo desde las ideas que siembran con sus creaciones".
- ¿Qué dices sobre que aquí además se celebre el camino hacia el bicentenario de la Revolución de Mayo?- Hacia eso iba... (ríe) Que jamás debemos olvidar eso, que el bicentenario es la celebración viva de una revolución que hoy necesitamos reeditar se llevó todos los aplausos para superar las condiciones de desigualdad que encierran al hombre. Hoy, la revuelta no se hará con las armas, como algunos creían, hoy la tecnología nos permite desarrollar la idea, entonces, tomemos el corazón con la mano y cantemos que ésta es la revolución cultural.
Fuente: momarandu.com