En la tercera noche de la Fiesta del Chamame en Mburucuya, corrienteschamame.com dialogó con Julián Zini. Detrás del escenario Eustaquio Miño estaba la laguna Limpia, ahí una suave brisa presagiaba otra noche fresca, con el aroma intenso del chipa mboka. En este ambiente estaba próximo a subir al escenario él Paí del chamame, unos minutos antes tuvimos la oportunidad de cambiar algunas preguntas por respuestas.
-En ésta atmósfera tan particular de Mburucuya, cómo se puede explicar el chamame.
Decimos que el chamame no es solo un baile, una danza, es mucho más que eso. Es un modo de ser. Hay todo una antropología, un modo de relacionarnos con Dios, con el prójimo y con la naturaleza que tiene que ver con el chamame. Es una expresión totalizadora. Hoy a través de los versos quiero ayudarle a la gente a que una lo que ve con los ojos y lo que siente con el oído para sacar una conclusión de lo que es el chamame y a que nos lleva ser chamamecero. Siendo chamamecero no podemos ser indiferente a la realidad. Nos importa la vida, por lo tanto nos importa la dignidad de la gente, nos importa el cuidado de nuestra naturaleza. Es un modo de ser que quiere la felicidad de la gente.

-El pueblo de corrientes es reconocido y se ve así mismo como muy religioso. Las grandes manifestaciones populares en torno a la Virgen de Itatí, a la Cruz Gil, por nombrar alguna. El chamame es en éste marco una religión en la medida en que es sentido, en la forma en que se manifiesta y en la manera de vivir.
El chamame junta todo eso. El chamamé junta las vivencias. Junta las expresiones de nuestra relación con Dios, las expresiones de nuestra relación con nuestros semejantes y las expresiones de nuestra relación con la naturaleza. Un buen mbaepy, un buen asado, nuestra relación con la comida, el uso del yuyo remedio, el uso de la simpatía, el de curar en secreto, de la medicina alternativa. Todo esto junto con la palabra empeñada, el parentesco, la fiesta, todo esto expresa y nos expresa a nosotros. Aquí está nuestro modo de ser. Por eso hablo de que son muchas cosas que hace que la gente de estos lugares tenga un modo de ser. Suena el chamame y la gente que siente y que piensa así, explota, es decir revienta y abre su corazón y su boca grita. Es decir se expresa. Se siente interpretado, por eso hablo del chamame como un modo de ser.
-En esta corriente, qué has traido para compartir con el pueblo mburucuyano.
Ésta noche traje unos versos nuevos para mburucuya y para ésta laguna Limpia que hay que hacerle hablar. Aquí esta el agua limpia de que tanto se habla, y lo que esta debajo, el acuífero guaraní. De esto tenemos que hablar, pero hoy la idea es esta; miren los árboles, que hacen los lapacho, los Jacaranda, los chivatos... para sacarse de adentro y levantar una bandera de paz sobre el horizonte, sobre el monte, sobre el paisaje. Todo el mundo ve, se alegra y cree en eso .. como hace el chamamecero para sacarse de adentro esto que nos hace gritar, que nos hace bailar, que nos hace retozar, que pasa por adentro, cómo es el misterio ese. Como hace mburucuya para sacarse de adentro lo que nos da, lo que nos contagia y nos regala... y para hacer esto que se llama una fiesta chamamecera. Vamos a observar un poco y vamos a observarnos a nosotros mismo. Porque el chamame es un fenómeno que abarca la naturaleza, la gente y nuestro Padre Dios que es chamamecero.
-En este marco no puede estar ausente la alegría.
El producto natural es la alegría. Es que estamos defendiendo todo esto. Un festival chamamecero es fundamentalmente un espacio donde se recupera la memoria, te nombran gente, te nombran paisajes, pueblos, seres queridos, hechos históricos en las canciones y en los artistas. Ahí el pueblo va haciendo memoria junto con sus artistas. De esto viene una segunda cosa, recobra su identidad, reconstruye su identidad, se va sintiendo que tiene una identidad propia y al tener una identidad se para sobre sus pies, se siente digno. Entonces, memoria, identidad y dignidad. A partir de la dignidad viene la alegría, entonces es él y puede compartir con otros lo que le gusta, lo que le alegra. Este mismo impulso lo lleva a defender lo suyo, como en este caso la tierra y el agua.

por paulo ferreyra