Sábado, 20 de Abril de 2024
Entrevista con Ricardo “Tito” Gómez
Jueves, 8 de septiembre de 2005
Entrevista con Ricardo “Tito” Gómez




"Nuestra música, el chamamé, estaba creciendo de manera sorprendente. Nosotros nos preparábamos para ir a Francia, donde participaríamos de un gran festival. En cada presentación la gente respondía de una manera sorprendente"; así comienza el recuerdo con Ricardo "Tito" Gómez.
El músico, formaba parte de aquel conjunto chamamecero que crecía en popularidad, con un nivel musical de alto vuelo. "El nombre del conjunto, Reencuentro, hacía alusión al hecho de que, tanto Joaquín Sheridan como yo, veníamos de tocar juntos en Imaguaré, y nos volvimos a encontrar en lo que mejor sabíamos hacer, la música".
Corría el año 86, cuando Gómez cuenta, que se encerraron a tocar durante tres meses. "Ensayábamos de lunes a domingo, seis horas diarias" comenta con emoción sobre aquel momento vivido.
Ensayaban en la casa de Roberto Pedemonte, que vivía por la calle Lavalle. "El se ofreció para prestarnos la casa y así poder hacerlo de incógnito. La intención era de que nadie se entere de que estábamos ensayando". Tenía que ser una sorpresa.
La incógnita del ensayo tenía relación con la expectativa que se creaba en la sociedad. "Queríamos salir con todo", nuestras aspiraciones eran salir con todo. Con mucha fuerza y sobre todo, con un sonido muy sólido".
Mientras recuerda cada momento y "Tito" Gómez hace una pausa, su voz continúa teniendo aquella fuerza y vigorosidad de los años 80.
El "Grupo Reencuentro" contaba con las voces de Gómez y los hermanos Miguel Ángel y "Bocha" Sheridan y el bandoneón del "Gringo". "El primer tema, "Tiempo de reencuentro", lo compuse viajando en tren hacia Corrientes desde Mercedes, sin tener guitarra ni nada. Me lo grabé en la memoria y cuando llegué a Corrientes, al hogar del "Gringo" Sheridan, con los instrumentos pudimos darle la forma definitiva a la canción que fue la primera que compuse para esa empresa en la que pusimos todo!!!".
Todo fue tan rápido en aquel momento, que precipitadamente llegó la grabación del primer disco del interés que tenía en nosotros el productor artístico del sello Odeón, Hugo Casas; y entonces, viajamos a Buenos Aires. "el sello era uno de los más importantes de aquel momento, en el estudio de grabación tenían 36 canales, era todo una sensación, hoy ya es otra cosa. Muy pocos estudios tenían tanto equipamiento.
"Con esos tres meses de ensayo, prácticamente grabamos así como estábamos y era tal el entendimiento logrado por el ensayo, que quedaban grabadas en el estudio, las canciones de una".
El nombre del disco era "Neike Chamigo" y fue el mejor de toda mi carrera. La alegría de esos años vuelve a nuestros días.
Aquel 8 de septiembre
"La gira de aquel momento tenía que ver con que estábamos mostrando a la provincia, lo que íbamos a llevar de excelente en ese viaje a Francia, para participar del Festival Internacional de Folklore a realizarse en la ciudad de Niza". "En cada presentación, el público respondía de una manera muy especial". La gira incluía grupo de danzas, solistas como Mario Bofill, Zitto Segovia y conjuntos como el Trío Corrientes y el "Grupo" Reencuentro."
"Aquella tarde estábamos en el Club Juventud, de Bella Vista, preparando todo para el recital de la noche. Cuando "Yacaré" Aguirre dice "vamos a hacer bochinche que llegamos a la radio", entonces nos fuimos en el colectivo. En la Radio, donde también funcionaba el canal de cable local, estuvo todo muy lindo, pero teníamos que estar en el club a las 6 y eran las ocho y todavía estábamos ahí..."
"Así que nos subimos al colectivo" - recuerda "Tito" Gómez sin quebrar su voz. "El chofer había estado con nosotros, porque a el también le gustaba la música, entonces se bajo del micro y se quedó con nosotros. Cuando subimos al colectivo, estábamos en una pendiente".
"El chofer puso una rueda del micro contra la vereda, para que no se fuera por la pendiente y le daba marcha atrás y el colectivo no respondía. Ahí se darán cuenta de lo pronunciada que es la bajada.
"Para eso ya se habían descargado los pulmones de aire. Entonces lo mejor era bajar por la calle Buenos Aires, (10º de pendiente), y dar la vuelta por la costanera para volver."
"Alguien gritó cuando nos íbamos cayendo por la bajada, ¡"guarda que no tiene freno este colectivo"! - "fue lo primero que se escuchó. En ese momento pensé, "que "trucha" esta empresa que nos mandan en un micro sin frenos, pero bueno, después supe lo del aire y esas cosas" recuerda Gómez.
"Como corría en moto, otra de mis pasiones, me di cuenta de que el colectivo había levantado mucha velocidad". Efectivamente después el peritaje, se confirmó que alcanzó 104 k/h. "Guarda el agua" -volvieron a gritar todos. El colectivo salto y cayo 25 metros adentro del río.
"Carlos Miño, que estaba muy cerquita mío, abrió en el aire, una de las ventana del micro. Antes las ventanas eran grandes, como todos esos colectivos que ahora ya son viejos". "Apenas sale el... salgo yo" nos dice Tito".
"Salí cuando estaba adentro del agua, y ya estaba totalmente oscuro abajo y sin saber nadar, un pescador me dio una mano. El desde su bote, me tiro un salvavidas, con el cual pude llegar hasta la costa. Cuando llegué, le dije desesperado, andá a salvar a los otros... andá..." -Gómez mantiene el ritmo de su voz.
"Después, tras dos horas del hecho, nos reunimos. Me acuerdo que Raúl Díaz manifestó su intención de quedarse a esperar el desenlace. Carlos Miño prefirió ir en ese momento a Resistencia más que nada por la preocupación de su familia. En mi caso, también decidí quedarme a esperar que sacaran el colectivo del agua".
Lo sacaron recién el domingo... Como el colectivo en la ventana de atrás, tenía una especie de "chapadur" adherido con cinta plástica, este se desprendió del micro, y entonces la corriente del agua hizo que los cuerpos salieran al río. "Sacaron el colectivo y no había nadie ahí. Los cuerpos comenzaron a aparecer en los días sucesivos".
"Aquel hecho quedará siempre grabado en mi mente. 8 de septiembre de 1989 -19:45, está sellado. Durante mucho tiempo después no quería saber nada con la música. "¿Por qué me salvé yo?. Por que no se salvaron ellos, que eran tan buenos amigos y excelentes músicos?".
Estas pregunta giraron y giraron en la cabeza de "Tito" Gómez. Recién en 1992, cuando la cantora chaqueña "Zuni" Aguirre, fue a buscarlo al pintoresco pueblito de Mburucuyá, en la provincia de Corrientes, donde él se había refugiado con la intención de dejar la música, para pedirle temas compuestos por él, para ser grabados por el "Grupo Reencuentro", volvió a sentir deseos de tocar la guitarra. "Después de ese año no volví a soltarla nunca más". Aún hoy continúa con su música, opción esta tomada a los 14 años en que dejó la escuela secundaria para dedicarse a ella. Ahora desde las tierras entrerrianas, donde ha asentado su residencia, continúa con la floración de nuevos temas.



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