Viernes, 19 de Abril de 2024
Fundación Chamamé opina
Martes, 18 de febrero de 2014
Sobre Fiesta y Festivales chamamaceros
Sabido es que el chamamé es el género que mejor y mayormente representa a un amplísimo sector de nuestro país, toda una región se identifica con este género y por todos lados pululan encuentros, nuevos espacios donde se va desarrollando cada vez más este modo de ser de nuestra gente.
No voy a mencionar a todos, simplemente me permito decir lo que pienso o lo que veo y siento en algunos de ellos, los que ya tienen en su haber algunas décadas y los vuelven centro obligado de los que aman su sonido y su baile, la Fiesta Nacional del Chamamé y Fiesta del Chamamé del Mercosur, con cita en la Capital de Corrientes, el Festival del Auténtico Chamamé Tradicional en su edición N°46 en Mburucuyá también en la provincia de Corrientes y la edición 39 del Festival Nacional del Chamamé del Norte Entrerriano más conocido como el Festival del Chamamé de Federal.
FIESTA NACIONAL DEL CHAMAME Y FIESTA DEL CHAMAME DEL MERCOSUR:
A punto de alcanzar sus bodas de plata, la Fiesta del Chamamé se centra en la Capital de Corrientes -del mismo nombre-y es cada año reflejo de la pasión más grande del sentir musical y cultural de toda la región, la que se extiende más allá de la fronteras de nuestro país, dando lugar desde hace algunos años a la Fiesta del Chamamé del Mercosur, propuesta que se suma a la Fiesta local. Como toda pasión es desbordante, se vive con inusitada intensidad y por la forma de vivirla y disfrutarla muchos dicen que en algún aspecto se parece un poco a las antiguas fiestas carnavaleras cuando brillaban en Corrientes las comparsas “del pueblo”, entonces la familia toda se preparaba, se volcaba a las calles con sus frescos “avíos” para pasar noches inolvidables, todos juntos, enchamigados, emocionados con mucho de lo que hoy podemos vivenciar en las noches chamameceras de la capital correntina.
Un color indescriptible le aportó el compartir -no solo el público venido desde los países vecinos- sino el mismo escenario con los músicos y también los bailarines de Paraguay y Brasil y que desde Uruguay tímidamente se suman año a año, unificando esta latinoamericanidad que nos sustenta y es como un golpe de realidad regional que mucho tiempo no se tuvo presente, pero como todo fuego comienza por lo bajo, así calladamente nuestros músicos desde hace unas cuantas décadas comenzaron a “filtrarse” entre frontera y frontera sembrando las semillas de este chamamé compartido que hoy gozamos todos.
En la variedad está el gusto, reza el dicho popular y nunca mejor aplicado que en la Fiesta Nacional del Chamamé, yo le agregaría que también está la vida, porque la variedad es la que le aporta calidad- siempre dentro del género, que gracias a Dios es muy rico- le da todo eso que necesita para vivir y crecer, es lo que la nutre y hace que en años como este durante 12 noches seguidas la gente haya colmado cada propuesta.
Pero ojo! El concepto no es tan sencillo y para graficarlo mejor voy a basarme en una comparación cuasi grosera: imaginemos una receta, donde para lograr el mejor sabor y calidad del pan que hornearemos, necesitamos en primer lugar conocer estrictamente cual es el gusto que los comensales prefieren, productos de calidad serán esenciales, no necesitamos que sean “importados” de ningún lejano país, pero si los traen tenemos que sentirlos “bien nuestros” , que se sumen a nuestra receta y que no tengan la menor intención de cambiarnos el producto. Si vamos a hacer pan, que sea pan. Lo bueno del pan es que es común a todos nosotros, y por ser pan nomás ya es bueno. Algunos prefieren blanquitos otros quemaditos como la Galleta Collera, algunos disfrutan de la delicadeza otros gustan del más casero, en fin, la idea no es variar por variar, sino agradar, satisfacer, hacer conocer , “trabajar bien la masa” darle el tiempo a cada cosa, y siempre, siempre compartir y servir con la mejor sonrisa.
La variedad bien entendida, ése el secreto de la larga vida. En medio podemos encontrar toda clase de aciertos y errores, lo importante es detectarlos, sacarlos a tiempo, modificar y educar.
Hay cosas que no debemos olvidar nunca y una de ellas hace tiempo nuestra sociedad ha perdido, el chamamé que es cuna de nuestros valores nos enseña a amar nuestros lugares, costumbres, a ser solidarios, a defender nuestras creencias, y también a respetar y respetarnos. Incluyo a los mayores, especialmente a los músicos mayores, si bien todos somos iguales y merecemos el mismo respeto en el caso de los que consideramos grandes personalidades, los que han aportado mucho de lo mejor que tenemos necesitan ser tenidos en cuenta de otra forma, hay que estudiar la mejor manera de recibirlos, de tratarlos, de disfrutarlos y brindarles de esta forma ese homenaje en vida que se merecen, sería muy hipócrita de nuestra parte esperar que no estén más para decir lo bueno y lo grande que fueron. Enseñemos a los más jóvenes a valorarlos, a conocerlos y “aprovecharlos”, es una manera de transmitir otro de esos valores que nuestra música refiere, y que se prolongue a nuestras vidas y hogares.
Que el “glamour” de un escenario no borre nunca ni anule nuestra capacidad de interactuar con el pueblo en todos los aspectos: en sus gustos, en sus mensajes, en su forma de comunicar lo que le gusta y lo que no. El escenario brilla cuando lo que está sobre él derrama alegría, buen gusto, autenticidad, amor. La acertada decisión de juntar los mejores bailarines para “crear” un ballet diferente, se pudo apreciar ampliamente con solo observar el rostro de la gente que miraba…embeleso? Sí! Embeleso había en esas miradas. De todas formas, como todo en la vida, hay que tener precaución con los excesos.
La Fiesta Nacional del Chamamé es un ámbito para cuidar, desde todas sus aristas, la estética, la variedad, el buen gusto, el respeto, pero sobre todo, especialmente que no se pierda nunca la esencia, lo que hace que el Chamamé sea grande: el único verdadero dueño y convocante de esta fiesta: el género y el pueblo chamamecero.
FESTIVAL NACIONAL DEL AUTENTICO CHAMAME TRADICIONAL – MBURUCUYA – CORRIENTES
Es un verdadero bálsamo para el alma chamamecera llegar hasta Mburucuyá y dejarse llevar por este sentimiento. Es un lugar de culto y solo para entendidos. El festival estrictamente chamamecero -como ellos mismos se definen-no admite las variantes instrumentales que podemos observar y disfrutar (porque no le quitan mérito alguno) en otros escenarios, pero bien vale la intención porque de alguna manera se trasunta en “refugio” de lo más tradicional del género, y conservar las raíces es proteger un legado. Lo lindo de Mburucuyá es el entorno de todo lo que pasa en esos tres días donde uno se siente fuera de todo contacto con el resto del mundo, allí es como si se detuviera el tiempo. En las esquinas, en las plazas, en las casas de conocidos y amigos, se vive un clima de amistad permanente, el recuerdo de sus más queridos músicos deja regueros de melodías y lágrimas por todas partes y el brindis es una constante así como la sorprendente costumbre de reunirse “en lo de Bonnet o en lo de Jensen” para degustar entre cientos de amigos y músicos el almuerzo más generoso, corderos, lechones, terneros, guisos, mbaipy, chipá con una sola consigna: traé tu vino, chamigo, lo demás corre por cuenta de los anfitriones. Pero el valor más grande estos encuentros, lo verdaderamente valioso, inolvidable, irrepetible, es el estar codo a codo con los músicos, ahí justo enfrente de cada mesa, musiqueando con alma y vida, cargando el alma de tal forma con “la música que amamos” como dice Don Juan Carlos Jensen, como para aguantar el resto del año, hasta la próxima.
Las noches del Festival a orillas de la Laguna Limpia no son menos emotivas. Lo que le cuesta un poco a la Comisión organizadora es administrar el tiempo, para que el espectáculo rinda más en dinamismo, sin dudas a fuerza de experiencia y de admitir y reconocer errores, sin dudas irá mejorando. En todo caso algunas desprolijidades en Mburucuyá, ya son parte de su folclore, pero esperamos que paulatinamente se vayan resolviendo para brindar además de la amistad, la comodidad para trabajar, en el caso de los periodistas y la gente a cargo de difundir este festival, como la de los turistas que buscan afanosamente más espacios donde descansar, conocer y disfrutar de este estratégico enclave provincial.
FESTIVAL NACIONAL DEL CHAMAME DEL NORTE ENTRERRIANO – FEDERAL – ENTRE RIOS
El concepto y modo de encarar cada aspecto de este Festival por parte de los federalenses es total y diametralmente opuesto a lo que conocemos de otros lugares. La organización de este importantísimo bastión chamamecero tiene como objeto primordial el público que lo visita. Todo se organiza teniendo en cuenta a la misma gente: los espacios donde podrá descansar, lo que podrá conocer, las actividades diurnas que puede elegir, la recepción y amabilidad con que se lo puede tratar. En fin, un pueblo entero se pone a disposición del visitante. En otro aspecto no menos importante, la Comisión organizadora se plantea como requisito fundamental que el respeto y la coordinación vayan de la mano en beneficio de los músicos. No hay músico que no desee volver a Federal cada año; por el trato, porque saben que si les toca entrar a las 3:35 de la madrugada, ése será el horario estricto y si su actuación está estimada en 20 minutos, se cumplirán a rajatabla, simplemente para que el próximo grupo también ingrese a la hora prevista. Eso significa que si van a estar los Hnos Barrios a un horario acordado, sus integrantes – que ya tienen una edad importante y no es cortés tenerlos esperando cuatro o cinco horas- podrán presentarse sin problemas de ningún tipo tal como estaba previsto. Organización, que le dicen.
También es habitual que cada grupo que desciende del escenario sea llevado a cada una de las carpas y espacios asignados para recibir la mayor difusión, notas, entrevistas por parte de cada medio presente, todos a su tiempo y sin atropellos ni mezquindades de ningún tipo, cada uno tiene su oportunidad, lo mismo en la caso de los que van a transmitir, tienen su lugar de privilegio para observar y realizar el trabajo con la mayor comodidad y con todo lo necesario –tecnológicamente hablando- para que todo salga perfecto. Un placer trabajar así.
Con respecto a la cartelera de cada año, Federal utiliza el sistema más democrático y plural: todo el mundo puede votar y elegir, sugerir lo que le gusta, simplemente acercándose a su centro cultural, un ejercicio practicado masivamente en toda la ciudad. En 2015 este festival estará cumpliendo sus primeros cuarenta años. El desafío tal vez pase por acercar más a la juventud, crear el atractivo que los concentre, ya que es habitual ver en su mayoría a familias, personas de edad mediana y más. Sobre todo los seguidores de las bailantas chamamaceras que es un placer ver y sentir como disfrutan de este aspecto indisoluble del Chamamé.
PARA CONSIDERAR:
Ojalá de ahora en más y tal como se hizo este año, estos dos festivales tan importantes sigan coordinando sus fechas para no superponerse, dando así lugar a que puedan asistir a estos espacios todos los que de una forma u otra quieren estar presentan en ambos lugares. Sería una buena idea que cada año automáticamente vayan rotando cada uno entre la primera y segunda semana de febrero, no sería lo mejor?
Con respecto a la Fiesta Nacional del Chamamé, es importante considerar lo que opina la gente respecto a la duración del evento, ya que se han alzado voces diversas opinando al respecto, y…hay que pensarlo muy bien, no? No vendría mal una consulta popular al respecto. Tampoco generar algún espacio para replantear o debatir el rumbo que está tomando y hacia donde queremos ver crecer los gajos de este árbol de nuestra identidad. Escucho opiniones…

Silvia Muñoz Velcheff
Presidente de
Fundación Chamame



Termas del Foro


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